Vacunas e inmunización: ¿qué es la vacunación?
22 de octubre de 2025 | Preguntas y respuestas
La vacunación es una forma sencilla, inocua y eficaz de protegernos contra enfermedades dañinas antes de entrar en contacto con ellas. Las vacunas activan las defensas naturales del organismo para aumentar la resistencia a infecciones específicas y fortalecen el sistema inmunitario.
Las vacunas preparan al sistema inmunitario para que produzca anticuerpos, como ocurre cuando nos exponemos a una enfermedad. Sin embargo, debido a que las vacunas solo contienen formas muertas o debilitadas de microorganismos, como virus o bacterias, no causan enfermedades ni exponen a las personas a las posibles complicaciones.
La mayoría de las vacunas se administran mediante una inyección, pero algunas se ingieren (vía oral) o se administran mediante un nebulizador (por la nariz).
Las vacunas ponen en marcha las defensas naturales del organismo y, de ese modo, reducen el riesgo de contraer una enfermedad. Actúan desencadenando una respuesta de nuestro sistema inmunitario, que:
- reconoce al microorganismo invasor, por ejemplo, el virus o la bacteria.
- genera anticuerpos, que son proteínas que nuestro sistema inmunitario produce naturalmente para luchar contra las enfermedades.
- recuerda la enfermedad y el modo de combatirla. Si, en el futuro, nos vemos expuestos al microorganismo contra el que protege la vacuna, nuestro sistema inmunitario podrá destruirlo rápidamente antes de que empecemos a sentirnos mal.
En definitiva, las vacunas son una forma ingeniosa e inocua de inducir una respuesta inmunitaria sin causar enfermedades.
Nuestro sistema inmunitario está diseñado para recordar. Tras la administración de una o más dosis de una vacuna contra una enfermedad concreta, quedamos protegidos contra ella, normalmente durante años, décadas o incluso para toda la vida. Por eso las vacunas son tan eficaces: en vez de tratar una enfermedad cuando esta aparece, evitan que enfermemos.
Si no nos vacunamos, corremos el riesgo de contraer enfermedades graves como el sarampión, la meningitis, la neumonía, el tétanos y la poliomielitis, muchas de las cuales pueden ser mortales. Según los cálculos de la OMS, las vacunas infantiles por sí solas salvan la vida de 4 millones de niños cada año.
Aunque puede que algunas enfermedades sean actualmente poco frecuentes, los patógenos que las causan continúan circulando en algunas partes o en todo el mundo. Hoy en día, las enfermedades infecciosas pueden atravesar fronteras con facilidad e infectar a las personas que no están protegidas.
Las dos principales razones para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a las personas que nos rodean. Puesto que no se puede vacunar a todas las personas —por ejemplo, no es recomendable para los recién nacidos, las personas gravemente enfermas y las que presentan determinadas alergias—, al vacunarnos nosotros garantizamos que esas personas estén protegidas contra enfermedades que pueden prevenirse mediante vacunación.
Las vacunas nos protegen durante toda la vida y en diferentes edades, desde el nacimiento y durante la infancia, la adolescencia y hasta la edad adulta. La mayoría de los países proporcionan cartillas de vacunación, tanto a los niños como a los adultos, en las que se consignan las vacunas que han recibido y las nuevas vacunas o las dosis de refuerzo que se les deben administrar más adelante. Todos debemos asegurarnos de estar al día con la vacunación.
Retrasar el momento de vacunarnos es correr el riesgo de enfermar gravemente. Si esperamos a hacerlo hasta arriesgarnos a exponernos a una enfermedad (por ejemplo, durante un brote), puede ser demasiado tarde para que la vacuna actúe y para recibir todas las dosis recomendadas.
Si ha omitido alguna de las vacunas recomendadas para usted o su hijo, hable con su profesional de la salud para ponerse al día.
Las vacunas protegen contra muchas enfermedades, entre ellas:
- el cáncer de cuello uterino
- el cólera
- la COVID-19
- la difteria
- la encefalitis japonesa
- la enfermedad por el virus del Ebola
- la fiebre amarilla
- la fiebre tifoidea
- la hepatitis B
- la gripe
- las infecciones por rotavirus
- las infecciones por virus respiratorio sincicial
- la meningitis
- la neumonía
- el paludismo
- las paperas
- la poliomielitis
- la rabia
- la rubéola
- el sarampión
- el tétanos
- la tosferina
- la varicela
- la viruela símica (mpox)
Actualmente se siguen desarrollando otras vacunas, y algunas de ellas ya se administran experimentalmente, como las que protegen contra el virus de Zika, el VIH o la tuberculosis.
Es posible que, en su país, no se necesiten todas estas vacunas. Algunas solo es necesario administrarlas antes de viajar a determinados lugares, en las zonas de riesgo o a personas con un riesgo elevado de infectarse por motivos laborales. Los profesionales de la salud le informarán de las vacunas que necesitan usted y su familia.
Prácticamente todo el mundo puede vacunarse. Sin embargo, la vacunación está desaconsejada o debe postergarse en situaciones específicas o cuando se presentan determinadas afecciones médicas, entre las que se incluyen:
- enfermedades o tratamientos crónicos (como la quimioterapia) que afecten al sistema inmunitario;
- alergias graves o potencialmente mortales a componentes de las vacunas (cabe señalar que estas alergias son muy raras);
- una enfermedad grave y fiebre alta el día de la vacunación.
Estos factores suelen variar en función de la vacuna. Si no está seguro de que usted o su niño pueden recibir una determinada vacuna, pregúntelo a los profesionales de la salud. Ellos le ayudarán a decidir con conocimiento de causa acerca de su vacunación o de la de su hijo.
Todos los componentes de las vacunas son importantes para garantizar su inocuidad y su eficacia. Los componentes, al igual que las vacunas mismas, se han sometido a estrictos ensayos y se monitorean para verificar que son seguros.
Algunos de los componentes son:
- El antígeno. Los antígenos pueden ser una forma muerta o debilitada de un virus o una bacteria, o una parte de esta, o instrucciones genéticas (ARN o ADN) para que las células produzcan el antígeno. Los antígenos preparan a nuestro organismo para reconocer el microorganismo y responder si se ve expuesto a él en el futuro.
- Adyuvantes. Facilitan la acción de las vacunas incrementando la respuesta inmunitaria. Algunos adyuvantes, como las sales de aluminio, se utilizan de forma segura en las vacunas y las ayudan a ofrecer una protección mejor y más duradera.
- Conservantes. Contribuyen a que las vacunas sean inocuas y mantengan su eficacia evitando que se contaminen con microorganismos que pueden proliferar en los viales. Un ejemplo es el tiomersal, que se utiliza de forma segura en algunas vacunas desde hace décadas.
- Estabilizantes. Protegen la vacuna durante su transporte y almacenamiento, ya que refuerzan su inocuidad y eficacia cuando quedan expuestas al calor, la luz y otros cambios ambientales. El azúcar y la gelatina se utilizan habitualmente como estabilizantes.
Algunos de los componentes que figuran en la etiqueta de las vacunas nos son desconocidos. Sin embargo, muchos de ellos están presentes de forma natural en nuestro organismo, en nuestro entorno y en los alimentos que ingerimos.
Sí, es seguro recibir varias vacunas diferentes en una sola visita. Asimismo, las vacunas combinadas son igual de inocuas y eficaces que las vacunas por separado.
Recibir varias vacunas o vacunas combinadas en una sola visita es importante para proteger a la población infantil contra varias enfermedades lo antes posible. Además, ello facilita que se completen las dosis recomendadas a tiempo. Las vacunas combinadas (por ejemplo, la vacuna contra la difteria, el tétanos y los tosferina) reducen el número de inyecciones.
Por otro lado, recibir varias dosis no sobrecarga el sistema inmunitario. Los antígenos presentes en las vacunas son una fracción ínfima en comparación con lo que nuestros organismos encuentran en estado natural cada día.
Si tiene dudas sobre las vacunas, confíe en los profesionales de la salud, quienes le facilitarán asesoramiento fiable sobre la vacunación para usted y para su familia, así como el calendario vacunal recomendado en su país.
Si busca información en línea, confíe solamente en fuentes fiables. Para ayudarle a reconocerlas, la OMS ha examinado y ‘certificado’ muchos sitios web de todo el mundo que contienen solamente información basada en datos científicos fiables y revisiones independientes realizadas por los mejores expertos técnicos. Todos estos sitios web son miembros de la Red de Seguridad Vacunal (en inglés).